Te has encontrado a veces muy bien contigo mismo y de repente alguien te dice algo y te saca de tu estado de paz. Pues lo que pasó, es que te dio un mal comentario. Los comentarios a veces pueden ser desastrosos, cuando le dices a alguien “eres un tonto”… causando enojo en la persona, eso es un mal comentario para ella; dile a esa misma persona “eres muy inteligente”, esa persona se ríe y se ve aliviado, pues sintió que recibió un buen comentario.
Un mal comentario se da si el que lo recibe lo ve como erróneo. No importa lo que piensa la persona que lo da. Si tú das tu punto de vista hacia alguien y la persona se enoja, ya no importa si tú tenías la razón o no. Si una madre le dice a su hijo «te pareces a tu padre» y el otro se molesta, es un mal comentario, si le dices a alguien “que bonito está tu pelo” y la persona lo odia, diste un mal comentario.
En estos momentos y siempre, la respiración es un aliado, pues ayuda a digerir las emociones, que a veces se quedan atoradas, porque no nos gustan o no sabemos qué hacer con ellas.
Cada vez que respiras puedes acomodar alguna situación difícil. La respiración es tu aparato digestivo emocional, cada vez que inhalas y exhalas se acomodan cosas en tu interior, de lo vivido, de lo que experimentas y tu respiración cambia dependiendo del problema que estés viviendo. Cuando te concentras en crear un ciclo armónico, estando presente con tu respiración, cuerpo se va relajando, dando espacio y dejando ser todo.
Buenos comentarios llevan a la gente a ser más feliz y los comentarios erróneos llevan a la gente a ser más triste. Si el mal comentario tiene fuerza dentro de la persona, el resultado es gran tristeza para la persona que lo admite, pues lo toma como una indicación de que así es y lo vive como tal.
Cuando un comentario es tomado como malo puede ser por tres razones:
- La primera es una DUDA que tiene la persona de sí mismo, que la ha tenido de años y que no se ha contestado de acuerdo a su verdad. Ej. ¿Seré flojo?
- La segunda es que ya se contestó una de esas dudas con una mentira sobre sí mismo. Que hace que le duela cada vez que alguien hace se acerca. Ej. Sí, soy flojo y no me gusta trabajar.
- La tercera es que le hayan enseñado que eso es un mal comentario y nunca lo discernió, creyó automáticamente en él. Ej. Cuando era niño me dijeron que los hombres no lloran y yo lo creí.
Aunque no sea cierto, si tú no estás seguro de ti mismo entrarás en lo que llamamos un LABERINTO.
Laberinto significa un lugar formado por caminos y encrucijadas, complejo para confundir a quien se adentre en él. Así que la persona empieza con preguntas de los diferentes, porqués, dudas, sin respuestas, yendo de un camino a otro. El estar en el laberinto te hace introvertido buscando encontrar la respuesta correcta.
Por ejemplo, Juan le dice a Mary “estás tonta” y ella se pone a entrar a un camino y a otro de lo que sí es y no es; ¿cómo? Si yo soy buena persona, yo soy amable, yo soy inteligente, y sigue caminando de un lado a otro preguntándose por qué sigue sintiéndose muy triste. Podrá seguir dando vueltas en el laberinto horas, meses, incluso años, pues ella se quiere sentir bien y las opciones que hay no lo llevan a su objetivo. A la vez Juan dice por qué soy tan malo con Mary y entra a su propio laberinto, porque mi madre fue mala conmigo, porque soy hombre, etc. Los dos se sienten terrible y ninguno consigue la respuesta que los haga sentir bien, pues aceptaron la indicación incorrecta.
¿Qué hacer cuando pasa esto? Lo primero es saber que pasa, darte cuenta de ello y decir ALTO. Automáticamente, cuando tú dices ALTO te sales del laberinto y puedes decidir qué hacer. No tienes que decir “¡hey me hiciste un mal comentario!”. Lo mejor que se puede hacer es darnos cuenta en silencio y decir “alto”, reconocerte que eso no es verdad y seguir tu vida. Si no te la puedes quitar de esta forma hay que procesarlo, pero es un buen punto de inicio tener este conocimiento de ante mano.
Esta situación se puede evitar si llegas con alguien que no conoces y en vez de dar tu opinión haces preguntas a la persona. En la medida que te intereses será muy difícil que se den malos comentarios. Esto tiene mayor efecto y ayuda a mantener la armonía entre familia y amigos. En los negocios, en las ventas y servicio al cliente, es una llave al éxito.
Dar buenos comentarios es un arte, pues engrandece el ver realmente la persona que está enfrente de ti.